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En qué piensa uno cuando reflexiona sobre México? Nosotros pensamos en riqueza. Riqueza en biodiversidad, cultura, artesanías mexicanas y gastronomía.
México, un país pluricultural, exhibe una gran diversidad biológica y, en todo su territorio, despliega una infinita galería de productos artesanales que representan a cada región.
El artesano utiliza recursos naturales, transformándolos con su particular visión del mundo.
Los artesanos mexicanos son herederos de una tradición milenaria.
El conocimiento sobre las artesanías mexicanas y sus técnicas se transmite de padres a hijos, fomentando las tradiciones y la cultura de cada región.
Las artesanías mexicanas generalmente se elaboran en el hogar de los artesanos, sin alterar el equilibrio ecológico de sus ecosistemas.
Los artesanos conocen y manejan su entorno y los recursos que utilizan para la creación de su arte de manera responsable.
Las artesanías mexicanas no solo contienen elementos decorativos; muchas tienen una función en la vida cotidiana, como ollas y macetas de barro, cazuelas de cobre, ropa de algodón y lino, cobijas de lana, sombreros de paja, entre otros.
Materialización de la cultura, las artesanías mexicanas están presentes en numerosos ámbitos sociales. Nos acompañan en la mesa y las festividades, en las danzas, evocan a los muertos, en la relación con los vivos, y nunca faltan en las ceremonias religiosas y espirituales.
El arte mexicano es riqueza. Cada región, cada pueblo, cada comunidad tiene una artesanía propia, un sello que lo caracteriza y que comparte con el resto del mundo.
Sigan leyendo para descubrir las artesanías que consideramos que mejor representan la riqueza de México.
El barro negro también conocido como cerámica negra, es uno de los estilos más populares y apreciados de alfarería de Mexico. Forma parte de la producción alfarera tradicional de Oaxaca.
Las primeras piezas de barro negro fueron elaboradas en el periodo de Monte Albán.
También se datan en diversos yacimientos arqueológicos de los zapotecas y mixtecos de los Valles Centrales, con una producción de color mate gris.
Las primeras piezas de barro que eran objetos funcionales como vajillas y jarrones.
A partir del siglo XX, el barro negro deja de ser solamente funcional y evolucionó a ser algo más artístico.
Los artesanos empezaron a crear piezas con cortes, formas y técnicas de pulido para dar brillo.
El proceso del barro negro es largo y detallado.
Después de extraer el barro de la tierra se somete a procedimientos de limpieza para eliminar todas las impurezas. Este proceso puede llevarse un mes completo.
Posteriormente, el artesano amasa la arcilla hasta suavizarla, comienza a darle forma y la seca con la luz del sol durante varios días.
El artesano después empieza a hacer cortes detallista a cada pieza.
Finalmente, el brillo se obtiene al pulir las artesanías con cristales de cuarzo. Después, el barro se cuece a fuego lento en hornos bajo tierra, proceso mediante el cual se quema el barro para obtener el color negro característico de estas artesanías mexicanas.
Los bordados oaxaqueños, auténticas joyas de las artesanías mexicanas, reflejan la rica herencia de los grupos indígenas de la región. Inspirados por la exuberante naturaleza de los valles, estos artesanos han tejido historias a lo largo de los años.
El arte del bordado, arraigado en la tradición oaxaqueña, comenzó con la punta de maguey como herramienta inicial. A lo largo del tiempo, esta expresión artística evolucionó, abrazando la aguja de metal para crear detalles más intrincados y cautivadores.
Desde rebozos hasta huipiles, las artesanías mexicanas se plasman en una variedad de textiles. En el norte de Oaxaca, donde el algodón es protagonista, flores, aves, conejos y árboles se convierten en protagonistas, resaltando la riqueza natural de la región con colores vibrantes como el azul, rojo y negro.
La técnica de bordado de las mazatecas se manifiesta en algodón, donde las agujas dibujan un escenario de flores, aves y árboles. Los colores intensos como el azul, rojo y negro dan vida a sus creaciones, entrelazando hilos en una danza visual sobre telas de manta y franjas de listón y encaje.
El bordado chinanteco se despliega en una paleta de colores vibrantes: rojo, morado, rosa y negro. Entretejiendo símbolos que evocan el origen del mundo, la vida y la muerte, estos artesanos crean piezas únicas en gasa de algodón. Geometría, aves y plantas se entrelazan en un espectáculo de creatividad.
Las comunidades mixe han dejado una marca indeleble en el mundo del bordado. Desde la demanda contra Isabel Marant, estas creaciones han ganado reconocimiento. En Santa María Tlahuitoltepec, flores bordadas sobre blusas blancas destacan, representando elementos naturales como el sol, las flores y el maguey, con una paleta distintiva de negro y rojo.
Los bordados oaxaqueños, verdaderas obras maestras de las artesanías mexicanas, son más que simples puntadas; son narrativas visuales que celebran la identidad, la naturaleza y la creatividad de las comunidades indígenas, llevando consigo la riqueza de una tradición que perdura en cada hilo.
Las artesanías de ónix representan las vinculación del humano con la roca.
Nuestros maestros artesanos admiran la dureza y antigüedad indefinida de la piedra, creando utensilios para la vida cotidiana y esculpiendo su imaginación en piezas decorativas.
Crear artesanías de ónix es un a labor dura y noble al tener que pulir la piedra hasta formar la figura deseada.
Cada paso de la elaboración de las artesanías requiere de manos expertas, desde el corte de la piedra hasta el esmerilado y pulido.
Tecali de Herrera y San Antonio Texcala en el estado de Puebla han logrado sobresalir en la elaboración de estás artesanías.
En Cadereyta de Montes en el estado de Querétaro también se realizan artesanías de ónix. Para descubrir más artesanías de Querétaro, lee nuestro artículo “Las Artesanías que Mejor Representan a Querétaro”.
Hablando sobre las artesanías de ónix, ¿ya conoces nuestras velas elaboradas a mano en envases de ónix? Nuestras velas están elaboradas completamente a mano, desde el envase hasta la cera. Son el artículo perfecto para elevar el diseño de cualquier espacio y, además, disfrutar de los beneficios que te aporta la aromaterapia.
Las artesanías de cobre son un reflejo de la rica herencia cultural de México. Estas artesanías mexicanas se han desarollado a lo largo de los siglos, fusionando las tradiciones precolombinas con influencias europeas.
Los objetos que se realizan utilizando cobre son piezas decorativas y utilitarios que ha formado parte de una tradición importante en nuestra cultura.
Las civilizaciones precolombinas como los aztecas, mixtecas y purépechas, tenias habilidades bastante avanzadas para trabajar el cobre. Utilizaban técnicas de fundición y martillado para crear desde joyería hasta utensilios de cocina y armas.
Los artículos de cobre eran apreciados por su durabilidad y belleza.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI la producción del cobre se diversificó, ya que los conquistadores introdujeron nuevas técnicas y estilos.
Los artesanos indígenas combinaron estas nuevas técnicas como la repujada y la cinceladura, y las combinaron con sus propias tradiciones para crear objetos funcionales y ornamentales.
Existen diferentes regiones en México donde destacan por su elaboración de artesanías en México.
Cada una con sus propias técnicas y tradiciones distintivas.
Santa Clara del Cobre es ampliamente reconocida como uno de los centros más importantes de la artesanía de cobre en México.
Los artesanos de Santa Clara de Cobre son reconocidos por su habilidad en el martillado y repujado del cobre.
La tradición de trabajo de las artesanías del cobre se ha transmitido de generación en generación, presentando hermosos diseños y detalles de estas artesanías mexicanas desde ollas y sartenes hasta esculturas y joyería.
Taxco es famoso por el trabajo con plata que realizan, pero también se trabaja el cobre en esta región.
Los artesanos de Taxco realizan objetos de cobre con la técnica de martillado y repujado.
También combinan sus piezas con plata creando piezas únicas.
En Santa Rosa, podrán encontrar principalmente piezas de objetos domésticos y utensilios de cocina.
Las artesanías de cobre de esta región refleja la tradición en la fabricación de objetos de uso cotidiano
En esta región los artesanos son conocidos por su destreza en la fabricación de cacerolas, cazos y tazas.
Los utensilios que crean son altamente valorados por la capacidad de conducir el calor uniformemente, haciéndolos ideales para la preparación de alimentos.
CELAYA, GUANAJUATO
Los artesanos en Celaya producen una gran variedad de artículos decorativos y funciónales, y se destacan por sus técnicas de repujado y cincelado.
Podrás encontrar desde lamparas y bandejas hasta fuentes y jarras.
OAXACA
En Oaxaca también crean objetos de cobre. Principalmente crean objetos decorativos como esculturas, espejos y lamparas.
También podrás encontrar joyería de cobre como aretes, pulseras y collates.
En algunas iglesias y capillas de Oaxaca utilizan campanas de cobre.
ZACATECAS
En Zacatecas la producción de objetos de cobre se le conoce por la técnica del martillado.
Crean desde cazuelas y tazas hasta elementos decorativos y utensilios de cocina.
México, tierra de tradiciones ancestrales y vibrante diversidad cultural, ha forjado a lo largo de los siglos una rica herencia de artesanías, entre las cuales destaca la cerámica. Este arte milenario no solo es una expresión estética, sino un testimonio de la fusión de influencias indígenas y europeas, que ha dado lugar a una tradición única y distintiva.
Las civilizaciones prehispánicas, como los aztecas y mayas, sentaron las bases de la cerámica mexicana. Desarrollaron técnicas avanzadas para crear tanto utensilios como piezas decorativas. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, se produjo una fusión de estilos que enriqueció la cerámica mexicana con nuevas formas y técnicas europeas.
En el sureño estado de Oaxaca, la cerámica es un estallido de colores y formas. Pueblos como San Bartolo Coyotepec son conocidos por su distintiva cerámica negra, mientras que otras comunidades aportan su propio estilo vibrante y único.
Puebla, por otro lado, es famosa por la Talavera, una cerámica vidriada de origen español. Esta tradición ha perdurado a lo largo de los siglos, caracterizándose por sus intrincados diseños y la fusión de influencias culturales.
Jalisco, hogar de Tonalá y Tlaquepaque, se destaca por su alfarería. Aquí, los artesanos dan vida a piezas que van desde vajillas cotidianas hasta esculturas elaboradas, cada una impregnada de la esencia creativa de la región.
La cerámica mexicana ha trascendido fronteras, ganando reconocimiento internacional. Sus piezas únicas y coloridas se han convertido en embajadoras culturales, llevando consigo la destreza artesanal y la creatividad de los artistas mexicanos a cada rincón del mundo.
En conclusión, las artesanías de cerámica en México no son solo objetos; son una manifestación viva de la identidad cultural del país. Cada pieza cuenta una historia, fusionando el pasado y el presente en un arte que perdura, modelando la narrativa visual de México a lo largo del tiempo.
Las artesanías de piel no solo tienen un valor estético y cultural, sino que también son una fuente importante de ingresos para muchas comunidades. Estas artesanías son una expresión de identidad y patrimonio cultural, y su producción contribuye a la preservación de técnicas tradicionales y al fortalecimiento de la economía local.
En la época prehispánica, diversas culturas indígenas de México ya trabajaban la piel y el cuero. Los mexicas (aztecas), mayas, zapotecas y otras civilizaciones utilizaban pieles de animales para confeccionar ropa, calzado, escudos y otros artículos.
Se usaban principalmente pieles de venado, jaguar, puma, armadillo y cocodrilo.
El cuero era curtido utilizando técnicas naturales con materiales como cortezas de árboles, lo que les permitía crear productos duraderos y útiles para sus necesidades cotidianas y ceremoniales.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, las técnicas europeas de curtido y trabajo del cuero fueron introducidas en México.
Los colonizadores trajeron nuevas herramientas y métodos que se mezclaron con las técnicas indígenas, resultando en un sincretismo cultural.
Durante la colonia, el trabajo en cuero se expandió y diversificó, y se comenzaron a producir una variedad de artículos, desde sillas de montar hasta objetos religiosos.
Se empezaron a utilizar pieles de animales introducidos por los europeos, como el ganado bovino, caprino y ovino.
En el siglo XX, la globalización y la industrialización presentaron desafíos y oportunidades para los artesanos del cuero en México.
A pesar de la competencia de productos manufacturados, muchas comunidades artesanales han mantenido sus tradiciones, adaptándose a las nuevas demandas del mercado.
Hoy en día, la artesanía de piel en México es una mezcla de técnicas ancestrales y diseños contemporáneos, apreciada tanto a nivel nacional como internacional.
Las pieles más utilizadas en la actualidad incluyen la de vaca, cabra, borrego, cerdo y, en menor medida, exóticas como avestruz y reptil.
Algunas de las regiones más reconocidas por sus artesanías de piel en México incluyen:
Las artesanías de piel en México es un testimonio de la habilidad y creatividad de sus artesanos, quienes han sabido adaptarse y evolucionar a lo largo de los siglos, manteniendo viva una tradición que es parte integral del patrimonio cultural del país.
Las artesanías mexicanas no solo son reflejo de la creatividad y la historia de México, sino también una manera de apoyar a los artesanos locales y preservar tradiciones únicas. Incorporarlas en tu hogar significa llenar tus espacios de alma, autenticidad y color. Lluna Hogar celebra esta riqueza cultural ofreciendo piezas hechas a mano que honran estas raíces. Si buscas arte con propósito, ¡explora nuestras colecciones y dale un toque especial a tu decoración!